martes, 22 de mayo de 2012

LA ENSEÑANZA PROGRAMADA.


Después de haber leído el documento de "la enseñanza programada" de Sebastián Gertrúdix coincido con él en algunos aspectos, ya que se empeñan en establecer una vía de selección y no de aprendizajes, son los maestros los que se encargan de fijar niveles exigencias cada vez más alto, creyendo que mientras más exijas, mejor profesional eres en tu trabajo, no creo que esto tenga que ser así, dependerá del rendimiento y de la forma de enseñar de cada uno. A veces nos deberíamos de preguntar: ¿Hasta cuánto se le debe exigir a un niño? Porque en función a eso deberíamos enseñar, teniendo claro siempre unos ciertos hábitos y comportamientos en un ambiente de disciplina y organización. Necesitamos un sistema más responsable, en el que todos se impliquen con mayor disciplina y entusiasmo.
La exigencia de ciertos conocimientos implica que nuestro sistema educativo se trate de una enseñanza programada, en la mayoría de los casos de todo lo que aprendemos a lo largo de nuestra etapa escolar pocas veces recordamos lo que hemos aprendido y es que lo único que hacemos es memorizar contenidos para posteriormente soltarlos en una prueba en la que se miden nuestros conocimientos, está comprobado que si al año siguiente se realizase esa misma prueba sin que antes lo hayas estudiado, ya que se supone que ya se ha estudiado, los resultados serían catastróficos. ¿Merece la pena, aprender de esta forma?
Al final es obvio que desde pequeños nos vemos enfrentados a un proceso de selección en las escuelas, separando a los listos de los torpes, clasificando y segregando quienes tendrán éxito de quienes no. Para no llegar a esta situación hay que poner freno antes de que sea demasiado tarde y la responsabilidad recae sobre los profesores en ayudar a que los niños/as aprendan.
Una enseñanza programada no puede estar bajo la presión de las calificaciones, puesto que estas no ayudan con la tarea de enseñar sino por el contrario provocan un rechazo hacia los estudios y que la motivación se haga cada vez menor. 
Proponer nuevas metodologías de trabajo, en las que participen profesores y alumnos, es una buena idea para que los alumnos se involucren y se vuelquen en las actividades. Es cierto que como bien dice el documento, para hacer ciertas actividades se necesita de la colaboración de otros profesores/as y es importante que ellos compartan las mismas ganas por querer hacer cosas nuevas.



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